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El síndrome del cuervo

¿Sabes lo que es síndrome del cuervo?

Yo tampoco, me lo acabo de inventar, aunque cabe la posibilidad que esta situación que te voy a contar, ya disponga de un nombre (por eso de que nos gusta poner una etiqueta a todo)

Ante todo es importante aclarar que es una reflexión de años de experiencia, de comprobar como ciertos patrones se repiten en ciertos perfiles, y por supuesto, que puedo estar equivocada… o no.

Una persona que voy a llamar Alex (Alejandro, Alejandra, Alejandre…) en su día a día como profesional inmobiliario, tiene una agenda… vamos a decir interesante, o sea, que puede utilizar su tiempo en  prospectar, relaciones públicas, formación, relax, etc.

Alex tiene sus rutinas, un apoyo estable de colaboradores o compañer@s de profesión y/o oficina, y la posibilidad real de hacer negocio de calidad.

Decide entrar en las redes sociales y echar un vistazo a las personas que sigue. Curiosamente más de un 60% de esas personas, son colegas de profesión y agencias inmobiliarias. Algo que particularmente me llama mucho la atención, ya que lo ideal para mí, es seguir a negocios y personas de la zona de trabajo, exclientes, clientes, y por supuesto algunos colegas, pero quizás aquellos referentes para mí, y no en tan alto porcentaje.

Hoy se fija en las redes sociales de otra agencia, están de celebración porque han cerrado un inmueble de lujo, y se fija que en otras publicaciones están celebrando firmas en notario. Champán, alegría, grupos de gente sonriendo…

Piensa que le gustaría ser parte de esa celebración y se interesa por ver las condiciones que ofrecen.

Al día siguiente recibe el mensaje de otra agencia de marca conocida, en el mensaje le dicen que le siguen y creen que encaja en el perfil de profesional que están buscando. Mira su web, ve que tienen un punto de popularidad y se entrevista para ver qué le ofrecen.

Otro día el padre de un compañero de extraescolares de su hijo, le dice que molaría trabajar juntos y que debe estar ganando mucho dinero, porque le ve viajar en ocasiones, que le parece un trabajo interesante y él se sabe expresar muy bien y enseñar pisos, que vendió el de su padre él solo y en una semana.

Alex sabe que ese papá tiene buenos contactos, porque es muy conocido en la ciudad donde vive, y ha tenido negocio muchos años.

De repente se ve montando su propia agencia y tener a esa persona en su equipo….

Mira un local para alquilar, se pregunta cuántas personas de sus contactos podrían trabajar en su agencia, mira lo que se necesita para montar una SL que siempre le han dicho que funciona mejor que ser sólo autónomo…

 

Otro día habla con una compañera que le cuenta que se va a encargar sólo de inmuebles industriales, que ha visto que en su zona hay mucha demanda y poco especialista en ello. Que Alex podría ayudarla porque no da abasto y los honorarios son más elevados que los de los inmuebles de segunda mano.

Alex se entusiasma y comienza a hacer números de lo que podría conseguir, mira lo significa «tener muelle sobreelevado» o el valor de tener una oficina en alto, los accesos hacia los diferentes polígonos, etc

Otro día va a visitar a un pariente a un pueblo de costa, pequeño, precioso, con poco turismo y su pariente le comenta que es una pena que Alex no se dedique a esa zona, porque no hay inmobiliarias en el pueblo, y sólo venden las inmobiliarias de los pueblos conlindantes. 
 
Alex habla con su mentora, ha decidido que puede dedicarse no sólo a su zona, si no también a ese pueblecito en fines de semana, que es más bonito y se puede escapar a descansar con sus parientes.

Y así día tras día. Ve algo que brilla y va volando para verlo brillar más de cerca.

Mientras, pierde el foco en aquello que le puede dar negocio ahora, en este momento. O deja pasar una oportunidad porque ni siquiera se ha dado cuenta de que existía, estaba mirando eso que brilla a lo lejos…

Se encuentra perdid@ en las nubes mientras la vida pasa en la tierra, la facturación no acaba de ser la que espera, y erróneamente cree que es debido a cualquier factor externo, y no se responsabiliza de sus actos, ni se da cuenta de que es debido a que se pasa más tiempo viendo cómo comenzar mil posibilidades, que planificando y ejecutando las acciones necesarias para asentar su negocio real y actual.
 

Ahora que ya sabes lo que denomino el síndrome del cuervo, ¿crees que eres de esas personas? ¿Conoces a alguien así? Cuéntame

2 comentarios en “El síndrome del cuervo”

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