Soy muy tímida, pero una descarada.
Cuando conocí a este primer cliente, no tenía ni intenciones de que lo fuera. Sencillamente me caía bien. Le seguía en redes sociales, y como a muchos que sigo, interactúo de forma habitual, y claro si me da conversación o es cercano, pues invita a seguir hablando.
Juan siempre fue amable conmigo, respondía y charlábamos de forma habitual.
En una de esas conversaciones, le expliqué que había tenido que dejar mi trabajo y que estaba intentando encontrar otro que me permitiese poder seguir en el sector inmobiliario (al que también pertenece), y que además no tuviera que darme los palizones de viaje diarios, ya que una lesión en mis rodillas además de dolorosa, me limitaba en movimientos.
Me trató estupendamente, y me tranquilizó ofreciéndome para comenzar, que le ayudara un par de horas gestionando su correo y poco más.
Lo agradecí mucho, y comenzamos… correos a mí… jejejeje